Nuestro Sr. Cura en cargado de la Parroquia de San Juan
Bautista el Lic. Francisco de Licea y Borja.
Entra el 10 de abril de 1874 hasta el día de su
fallecimiento el 17 de febrero de 1898.
Este 25 de febrero la parroquia festejo los 255 años de su
secularización, iniciado con una expo de movimiento parroquiales e historia de
los templos de la cabecera parroquial.
Posteriormente en punto de las 5:00 p.m. las imágenes más
representativas de la parroquia salieron a un recorrido por las calles del
centro para llegar a la Santa Misa presidida por el Sr. Obispo Víctor Alejandro
Ledesma junto con el Obispo Emérito Don Benjamín P., Pbro. Fray Gerardo,
Vicario Provincial de la orden los Franciscanos, Sr. Cura Don Daniel Huerta
I. y Presbíteros invitados.
En su homilía Monseñor Víctor, nos recuerda el
acontecimiento grande de nuestra parroquia de San Juan Bautista, la celebración
por los 255 años en que la Orden de los Hermanos Franciscanos entregaron al
clero secular la Parroquia de San Juan Bautista, además Don Víctor nos dice que
en el año de 1772 hasta el año 1776 la provincia Franciscana de San Pedro y San
Pablo de Michoacán, dialoga con el Obispo de Michoacán, por la cura de almas de
Apaseo el Grande, por lo que posteriormente el 25 de febrero de 1767 es
entregada el Templo de San Juan Bautista, el convento de San Francisco de
Apaseo junto con todos los archivos parroquiales, al clero secular, es decir al
clero diocesano, el comisario para la entrega es el Señor Cura de Chamacuero,
licenciado Joseph Mateo de Zamarripa y el Padre guardián que entrega la
Parroquia de Apaseo es Fray Cristóbal de la Mata y quien recibe la Parroquia es
Joseph de Arana con el titulo de Cura Párroco Interino, convirtiéndose en el
primer Presbítero secular, contando en todo memento con la ayuda y resguardo
del señor teniente, el alcalde mayor de Apaseo Don Fernando González Del Valle,
estas son fechas que debemos guardar en nuestra memoria, nos dice Don Víctor.
También nos invita a recordar tres momentos importantes, el
primer de ellos es que con la conquista de México, después del descubrimiento
de América, comienza una obra muy grande de evangelización a lo largo y ancho
de nuestra república, grandes ordenes con grandes evangelizadores, como los son
los Hermanos Franciscanos, Agustinos, Dominicos, Jesuitas, hermanos que fueron
enviados para evangelizar estar tierras y que ellos caminando, sorteando
caminos, aprendiendo lenguas, inventado formas para catequizar a los naturales,
fueron recorriendo pueblos, lugares, civilizaciones, muchos de ellos murieron
por enfermedades, ataques, etc.
Se lo debemos a estos
grandes evangelizadores, gran parte de los valores históricos, presidencias
municipales, casas de la cultura fueron conventos, el trazo de las grandes
plazas, puentes, grandes obras de ingeniería, como el acueducto de Morelia, y
con todo esto debemos agradecer aquellos hermanos y hermanas que han construido
en el pasado la vida cristiana de nuestro país y ahora es el clero secular
(diocesano) al que le toca formar y seguir trabajando la evangelización, siendo
conscientes con lo que dice la palabra de Dios, “Dios quiere que todos se
Salven”, imitando a San Juan Bautista para ser percusores, preparando los
corazones de hombres y mujeres para que todos reciban la palabra de Jesús y
tengan un encuentro vivo con Cristo, y se pueda formar una cultura cristina,
donde haya valores cristianos, para que todos los pueblos, como dice Jesús,
permanezcamos unidos a él y en su amor, y es esto lo que nos toca a todos
nosotros, hombres y mujeres, religiosos y religiosas, diocesanos, todos en esta
sinodalidad a la que el Papa Francisco nos invita, evangelizando al mundo, en
el cual reine la Paz en todos nosotros, porque Cristo vino e eso, hoy en un
mundo divido en guerras y discordias, en nuestros pueblos y familias,
necesitamos volver a Cristo, el Príncipe de la Paz, para que en nuestros
corazones reine el Señor Jesús.
Que esta celebración
de nuestra Parroquia nos comprometamos como Pueblo e Iglesia a formar una
comunidad, una familia en la que se bendiga el nombre del Dios, una familia y
sociedad cristiana con valores cristianos, y así como Cristo que nos dice que
“nos amemos los unos a los otros como yo lo he amado”, por eso nos urge tener a
hombres y mujeres, laicos, sacerdotes, religiosas, consagrados, con voluntad
grande de construir una sociedad, no nos sumemos a la destrucción, más bien
sumémonos a la construcción de sociedades fuertes, cristianas con valores
porque es eso lo que es nuestro, y no nos dejemos invadir por ideologías,
mentalidades tercermundistas que no aprecian la cultura.
Vivamos como hermanos
porque eso es lo importante, el ser hermanos amarnos y respetarnos como
hermanos, ayudarnos y que en medio de las dificultades y adversidades
sepamos que como cristianos católicos
estamos dispuestos afrontar con valentía la adversidad, y que, si es necesario,
traeremos nuestra cabeza ensangrentada, pero nunca doblada, pues sabemos que somos un pueblo en donde
reina el Señor, y más en Apaseo el Grande, donde tiene una corazón Grande,
saben amar en Grande, donde rezan en Grande, donde piden en Grande, donde hacen
las cosas en Grande.
Esto es a lo que nos
invita nuestro Pastor Monseñor Víctor.
Monseñor Víctor agradeció la presencia de S. E. Monseñor
Benjamín Castillo Placencia Obispo emérito de nuestra Diócesis de Celaya y la
del Pbro. Fray Gerardo, Vicario Provincial de la orden los Franciscanos.
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